Futura es moderna. En la foto se la ve minúscula, a punto de tener familia. Sin serif, pobre santa, quedó embarazada de un tal Paul Renner en 1927.
En aquellos años Renner tal vez pensó que ella «no era su tipo», pero ahora que ya llegó el futuro, ella es famosísima en todo el planeta. Por fortuna, Paul entró en razones, se puso a trabajar y formó una gran familia.
Concepción.
Renner y ella comenzaron a intentarlo en 1924, influidos por la Bauhaus. Dicen que ella tuvo una extensa gama de cuerpos y tipos en sus «Años Locos», hasta que Renner la puso en vereda y decidió fundar la familia, embarazándola.
El diseñador alemán buscaba, sobre todo, legibilidad. Y ella se la dió. Le dió tanta, que todos los ojos del palo seco de Renner se situaron sobre la belleza de su tipografía.
Vida de licencias, vida licenciosa.
El éxito les planteó una dicotomía: dedicarse a la vida disipada, licenciosa, alegre, o aprovechar la futura fama que tendría la pareja y convertirla en venta de licencias.
Lo pensaron y optaron, afortunadamente, por la segunda opción. El Certificado de Nacimiento de su hija Futura lo firmó la fundición Bauer (con seis pesos distintos y con licencia).
Rennervioso por el futuro de su hija.
Rennervioso por el futuro de su hija.
En varios países quisieron imitarla, pero don Renner fue categórico: «Mi hija es mía y es única, si quieren copiarla nos van a tener que dar una compensación económica. Pero, de todos modos, hay algo que no estoy dispuesto a negociar: el nombre de mi hija nunca será mancillado, si quieren imitarla deberán bautizarla con otros nombres. El futuro de Futura no está a la venta.»
Finalmente, en Francia la fundición Deberny & Peignot la bautizó bajo el nombre de Europa. American Typefounders y Mergenthaler Linotype también la imitaron, bautizándola Spartan.
Paul Renner murió en 1956. Los restos (in)mortales de su hija Futura descansan en la Fundición Tipográfica Neufville de Barcelona.
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