He decidido, luego de un arduo análisis, estudiar Ciencias de la Desinformación. Es una carrera aparentemente nueva, pero que en la práctica existe hace mucho tiempo.
En los últimos años ha cobrado un auge sin precedentes, debido a que los gobiernos de todo el mundo necesitan profesionales acólitos y obsecuentes capaces de desinformar a una población ávida de recibir noticias predigeridas, fácilmente comprensibles e interpretables.
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