jueves, 28 de mayo de 2009

Balbuceo

Ya balbuceo. Creo que pronto podré nombrarte, claro que mi boca es limitada, tus nombres no. Pero, ¿sos carne, verbo, esencia, sueño, alucinación, verdad?


Pronto podré mentirte, indistinguible entre infinidad de islas viceversas, salpicada de luz extraña que me hiere estos ojos que cometen el error de intentar interpretarte.

Ya te quiero, creo que pronto podré meterte dentro de una categoría. Intentaré, contra la costumbre, no convertirte en una cifra manejable, no descifrar tu incógnita.

Pronto podré desearte, porque serás un signo de interrogación, invitándome a las complejidades más allá de la razón. Un signo que te contiene, pero que no te ha concebido.

Ya creo que puedo entender. Tengo la suficiente semiconsciencia para pensar que mi entendimiento avanza a la par de mis palabras, pero sólo avanza mi incomprensión.

No balbuceo. Creo que pronto dejaré de nombrarte. El orden es un complejo caos, plagado de reglas inexistentes, pero seguiré intentando desenmascararnos. 

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